"A qué le temes?" me preguntó una de mis mejores amigas, sorprendiéndome enormemente con esa pregunta, pues la verdad, el miedo es un tema en el que hace mucho no pensaba... No recuerdo exactamente cuál fue mi respuesta en ese momento, y sin embargo recuerdo todo lo que esa pequeña y simple pregunta me hizo pensar.... Esa noche, en la soledad de mi habitación, me pregunté a mi misma "A qué le temo?", e intentando dar respuesta a esa pregunta, me di cuenta de que los temores, al igual que muchas otras cosas, varían con la edad y con las distintas etapas de la vida... Recordando más o menos lo que pensé en ese momento....
Cuando era niña, solía tenerle miedo a la oscuridad, tanto así que incluso dormía con una lámpara encendida en mi habitación... Aún hoy, no entiendo en que se fundamentaba ese miedo... Con el tiempo lo fui perdiendo, a tal punto que hoy en día disfruto mucho las noches oscuras en mi habitación, las cuales me ayudan a pensar, a aclarar mi mente, a reflexionar... De hecho, así ha sido como he tomado las decisiones más importantes de mi vida.....
Cuando estaba más grandecita, tuve miedo a los cambios, de todo tipo, quizás porque en el fondo le temía a lo desconocido, a aquello que se escapaba de mi control.... Poco a poco fui entendiendo que la vida es dinámica, que los cambios son necesarios, nos hacen evolucionar... Que simplemente la vida sería demasiado aburrida si todo permaneciera estático... Hoy en día veo en cada cambio una nueva oportunidad... Entiendo que los cambios nos dan nuevas perspectivas de nosotros mismos....
Luego, tuve miedo al fracaso estudiantil, a no dar la talla... Miedo a no poder cumplir las expectativas que tenían sobre mí... Aún recuerdo lo que sentí cuando obtuve mi primer cero (algo) en matemáticas... A pesar de que hoy en día sigo detestando los fracasos académicos, entiendo que no siempre se puede ser excelente, que habrá veces en las que los objetivos planteados no se cumplirán y sin embargo, es posible sentirse bien conmigo misma, con sólo saber y estar convencida de que cada día doy lo mejor de mí...
Por allá cuando tenía unos 15 años, tuve miedo de que ningún chico se fijara en mi, veía a todas mis amigas de aquel entonces con sus novios, felices, y yo sin haber sido siquiera besada aún... Hasta que un día, sin pensarlo, llegó él... mi primer novio... La relación no duró mucho, pero sirvió para darme cuenta de dos cosas: la primera, todo llega a su debido momento, todo se da cuando tiene que darse, ni antes ni después... La segunda, que uno nunca llega a conocer realmente a las personas....
Cuando me gradué del liceo, tuve miedo de no lograr entrar en la universidad, volvía el fantasma del fracaso académico, de no llenar las expecttivas.... Sin embargo, no tuve problema alguno en entrar al sistema de educación Superior.... Comencé mi vida universitaria.....
Cuando me dí cuenta de que la carrera que estudiaba no me satisfacía, no me gustaba, no me llenaba como ser humano, tuve miedo de cambiar, de tomar la decisión de dejarla.... Tuve miedo de la reacción de los demás ante una decisión de ese tipo... Sin embargo, aún no sé de dónde salió ese valor que me hizo decir "Ya, Hasta aqui" y tomé la decisión de dejar esa carrera y explorar mis posibilidades, mis anhelos y mis verdaderas aptitudes....
Cuando ya llevaba demasiado tiempo sola, y a pesar de saber que todas las cosas llegan en su tiempo exacto, tuve miedo de no conocer el amor, de no enamorarme nunca... Hasta que llegó aquella tarde en la que lo conocí, aún soy capaz de recordar el lugar exacto en el que ambos nos encontrábamos.... Comprendí nuevamente que todo tiene su momento exacto.... Me dediqué a disfrutar de mi amor....
Cuando al fin me había enamorado, tuve miedo de perderle.... Sin embargo eso fue lo que sucedió... Tenía tanto miedo de dejarle ir, pensaba que nunca experimentaría esos sentimientos otra vez.... Hasta que llegó el punto de no retorno, y tuve que dejarle libre... Comprendí que en el amor no hay ataduras, no hay exigencias, que simplemente se da, sin esperar recibir nada a cambio, simplemente esperando que la otra persona sea feliz... Deseando que al fin econtrase su camino, le dejé ir.....
Cuando finalmente tomé la decisión de retomar mis estudios universitarios, tuve miedo de equivocarme, de haberme precipitado.... No obstante, seguí adelante, a pesar de todos los fracasos que tanta gente vio en mi horizonte... Decidí no creer en nadie, sólo en mi y en lo que mi intuición me decía.... Debo decir que hasta los momentos no he encontrado ningún motivo para arrepentirme...
Cuando tuve conciencia real de la muerte, le tuve miedo.... Miedo a que apartara de mí a mis seres queridos.... Lamentablemente eso fue lo que ocurrió, vino una mañana de mayo y se llevó a uno de las personas a quien más he querido en mi vida, mi abuelo... Aún hoy me sorprende lo mucho que me dolió su partida, y lo poco que la lloré... Creo que quizás en el último instante comprendí que la muerte no es algo malo, sino más bien algo natural, comprendí que para personas como mi abuelo, que tuvo una vida plena, exitosa y llena de satisfacciones, la muerte no es más que el siguiente paso.... Comprendí que no era un Adiós....
Aún hoy en día, tengo miedo.... Miedo a tomar las decisiones equivocadas, miedo a fracasar, a defraudar a los demás, a defraudarme a mí misma... A pesar de eso, confío plenamente en que la vida está llena de experiencias de todo tipo, buenas, malas y terribles, que cada una de ellas nos dejan aprendizajes, quizás unos más difíciles de internalizar que otros... Estoy segura de que en algún punto, podré mirar hacia atrás y decir sin ningún remordimiento: "Esa es mi vida, la he vivido exactamente como he querido, con sólo eso ya soy feliz"....
El temor y el miedo siempre van a existir, pues forman parte de la naturaleza misma de los seres humanos, lo importante, según lo veo yo, es día a día enfrentar aquello que más temor nos da, correr riesgos, aprovechar cada una de las oportunidades que la vida nos presenta cada día, dar lo mejor de cada uno.... Sólo así creo que podremos considerarnos a nosotros mismos como seres realmente vivos.... Seres a quienes quizás la felicidad los está aguardando a la vuelta de la esquina, tan sólo esperando a que nos atrevamos a dar el primer paso...